Nuevamente paseando por Once, Plaza Miserere veo a lo lejos la entrada al cine y obviamente vi luz y entré. No había casi gente. Subo al primer piso que es donde seguro los que rondan están buscando acción, siempre extrañando las butacas que las sacaron completamente.

Solamente una persona se ve sentada al borde de la banca que está al lado del cuartito mini, se levanta y se para a unos pocos metros, luego de un rato diviso que esta persona la conozco del cine de Constitución. Y bueno! a la acción, nos damos mutuamente un rato, ambos cargamos bien y nos divertimos mucho, ya sabemos que a los dos nos gusta todo y más. Cada vez que se acercaba alguien tanteábamos para ver si se prendia (aunque no ocurría mucho por la falta de gente), se acercó un hombre rellenito y se paró al lado, no tenía gran herramienta, pero mi compa decidió cogérselo, luego de unos momentos se empezó a sentir un olor no muy grato de este hombre, calculo que será un vagabundo o algo por el estilo, así que me fui y detrás mío el compa que calculo que por el mismo motivo.

Ambos pasamos por el baño, luego de higienizarnos volvimos arriba y nuevamente a darle. se acercó un tipo grandote y mientras amigo y yo cogíamos él se la chupaba, luego llegó un morocho gandote y casi igual, al reves, compa me cogía y yo chupaba. Aparecieron varios que participaron un poco, pero no mucho, luego de un rato nuevamente el chico del “aroma” se puso al lado y nuevamente se disolvió el grupo. Luego de poder respirar normalmente le digo al amigo que quería acabar porque tenía que irme, aceptó hacerme la gamba de entregarme el orto y le di el final feliz.

Que copado es cuando tenés a alguien cómplice en la misma en la que armás buenas jugadas, disfrutas y encima podés sumar a otros con buena onda.

Fue un buen día.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *