Me levanté sin ganas de nada, pero siempre me terminan ganando las hormonas, al mediodía me di una visita a Constitución, llegué y casi no había nadie, así que enfilé al baño y había un hombre pajeándose, me invitó a entrar al baño y acepté “de muy mala gana”. acabó, me fui para arriba y en el pasillo vi a un venezolano que ya conocía, un capo, le gusta que le cojan la boca mal, hicimos un 69 él sobre el banco y yo arriba de él. luego le di patitas al hombro y posteriormente cambiamos, me dio una de bombeadas que terminó acabando, todo esto fue igual como una hora. Se fue a trabajar, se acercó un petisón, pero de esos que sólo se quiere poner adelante y que te lo cojas y la verdad esa “pasividad” me la baja, hay que ser más participativo. bajé y me senté a tocarme en la primera fila para ver si una pareja (hombre-mujer) tenía alguna onda, pero no, nada. así que nuevamente arriba, otra vez el petiso y de repente entró un chico, de unos veintipocos, flaquito y con un culito suave como un durazno, me dice que se tiene que asear, por lo que me pide que lo espere arriba. Me gustó que volvió y me dejó empomarlo, me decía que quería que lo cogiera parado para que pudiera ver la peli, igual lo llevé al banco, le di en cuatro y patitas al hombro, eso era una delicia ni tan apretado ni tan flojo se sentía adentro de él. Nuevamente me pidió de pie para “ver porno” mientras me lo cojía, y se puso tan putita que en un punto me cojía él la pija a mi más de lo que yo le daba bomba. increíble, solté medio litro de leche.
Me fui al baño y me retiré. pero la “moraleja” del día es que no tiene que ser excesivo. me dieron y di. suficiente, fueron dos tremendas garchadas. me fui extasiado y casi vacío el lugar. La gente indicada en el momento justo. no necesitas un lugar lleno de personas que no aportan.