Nuevamente en el Cine de once, luego de unos trámites no me aguanté de pasar un rato.

Llegué y la verdad no había más de dos personas, afortunadamente uno se acercó y me hizo un pete de respetable calidad. De repente veo que apareció más gente, no veía algo que me pudiera atraer, aunque tampoco rechazo lo que se presente. Abajo no ocurría mucho, así que enfilé para el primer piso. Ahí uno me acerqué al pequeño cuartito del tamaño de baño que hay, en donde había dos personas cogiendo. El morochito pasivo estaba queriendo ya terminar y el hombre que lo estaba penetrando me miró y me manoteó el bulto, haciendo referencias al tamaño dejó ir al morochito y me empezó a chupar, para luego pedirme que lo penetre un poco, lo que fue realmente un poco, un ratito corto, pero luego enfilaron dos o tres más que salía uno y se metía otro para que me lo garche.

Descansé un poco abajo y se me acercó un hombre mayor que me llevó a la esquina más oscura para chuparme, bastante incómodo, me molestaba mucho con los dientes, así que le agradecí y me volví arriba. Allí mientras me pajeaba en el banco (porque no dejaron ni una sola butaca en el primer piso) un hombre con pinta de colectivero me agarró la pija y me pajeaba, luego me pidió que se la chupe y acabó. Perdí un poco la noción del tiempo, algo en el entretiempo hice, pero me olvidé. Me encontré nuevamente arriba y me empecé a pajear al lado de una parejita, afortunadamente uno me vio y me agarró el ganso y me llevó para que participara, transamos, entre dos, entre tres, uno tenía barbita y se mostraba emocionado, y el otro pinta de venezolano (que luego cuando lo oí hablar lo confirmé), a este me lo empecé a cojer mientras le chupaba al otro que acabó, seguimos transando y mientras yo seguía dando matraca volvió a acabar en la boca del pasivo. Al momento en que se fue apareció el que parecía colectivero, completamente equipado, al palo y ya con el forro puesto. Se puso detras mío y me hicieron jamón del medio, obviamente no duré mucho, Mr bondi acabó de manera bastante ruidosa y yo al toque largué todo lo que tenía. el chavo que me cogía me quiso seguir dando, lamentáblemente yo habiendo acabado se me había cerrado todo, así que menos de un minuto pudo, bueno, por lo menos no me negué. Entre el calor y el cansancio lo saludé y me fui.

El Trencito no tiene comparación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *